Con un emotivo acto en memoria de “los defensores de la democracia”, el gobierno chileno puso fin a los actos en memoria del 50 aniversario del golpe de Estado del general Augusto Pinochet contra el Gobierno democrático del socialista Salvador Allende, que han mostrado un país muy dividido, con la ultraderecha negando y justificando el golpe y la derecha tradicional arrastrada por el carro de los radicales.