Héroe anónimo
Lo confieso. Abarrotada entre mondadientes de colores, libritos de poesía, folletos de viajes, brochures de ARSs, periódicos de cuando Cuca, recetas de cocina, libretas de teléfonos, novelas inconclusas, dibujos infantiles y notas dispersas escritas en los espacios más inverosímiles, he pasado mi vida.