La masacre perpetrada la madrugada del pasado jueves por el grupo armado Gran Grif en Pont Sondé, a unos 100 kilómetros de Puerto Príncipe, dejó más de 70 muertos, entre ellos mujeres, niños y ancianos, y ha conmocionado al deprimido Haití, sumido desde hace años en una crisis que no hace más que agravarse.