El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anuló una orden que otorgó su hermano menor, Humberto Ortega, en su calidad de jefe del Ejército Popular Sandinista, al entonces agregado militar de EE.UU. en Managua, el 14 de enero de 1992, y lo acusó que desde hace 32 años “tenía entregada su alma al diablo”.